Hola
Hoy es el comienzo de esta nueva bitácora. Es una invitación, una puerta más que queda abierta para todo aquél que va en busca de todo lo que está mas allá de todo símbolo en este mundo.
Un curso de milagros ha cambiado algo interno en mi, mi visión, y mi propósito de vida. Sé que el camino es recordar que, no soy en realidad este cuerpo, ni que el otro es en verdad "el otro", y que mi única función aquí es perdonar. No pretendo enseñar ni ser guía de nadie. Lo único que deseo es compartir mis experiencias a partir de mi práctica y lectura del curso, a fin de cuentas siempre es benéfico conocer, escuchar o leer acerca de otras visiones y en muchos casos nos amplía o complementa nuestra visión. Sé que compartiendo con otros se aprende más de lo que se enseña, y por eso mis ganas de escribir al respecto.
Estoy cerca de cumplir un año con el curso, y he vivido el milagro de poder elegir de nuevo el perdón en lugar de la condena, no siempre es así pero gracias al curso sé que siempre existe una opción mas liberadora para el mundo y por lo tanto para uno mismo.
Comienzo citando una parte del libro de texto que leí al abrir el libro al azar, pensando en que pudiera servirme como una especie de introducción para este blog, tanto para las personas que estudian el curso, como para los que no, porque el mensaje de Jesús ( o del curso, o del espiritu santo) no hace distinciones, ni es para unos cuantos, ni mucho menos para "los elegidos", porque todos somos los elegidos.
El único Propósito
1. El mundo real es el estado mental en el que el único propósito del mundo es perdonar. El miedo ha dejado de ser el objetivo, pues escapar de la culpabilidad se ha convertido ahora en la meta. Se reconoce el valor del perdón, que pasa a ocupar el lugar de los ídolos, los cuales dejan de perseguirse porque ya no se les atribuye ningún valor a sus "regalos". No se establecen reglas fútiles, ni se le exige a nada ni a nadie que cambie y se amolde al sueño de miedo. Por el contrario, hay un deseo de querer comprender todas las cosas creadas tal como realmente son. Y se reconoce que todas las cosas tienen que ser primero perdonadas, y luego comprendidas.
2. En este mundo se piensa que el entendimiento se consigue mediante el ataque. En el mundo real es evidente que atacando es como se pierde, y se reconoce claramente la insensatez de tener como objetivo a la culpabilidad. En dicho mundo no se desean los ídolos, pues se entiende que la culpabilidad es la única causa de cualquier dolor. Nadie sucumbe ante su vana atracción, pues el sufrimiento y la muerte se han percibido como cosas que ya no se desean y por las cuales no vale la pena esforzarse. Se ha vislumbrado la posibilidad de liberación y se le ha dado la bienvenida, y ahora por fin se comprenden los medios por los que puede alcanzarse. El mundo se convierte en un lugar de esperanza porque su único propósito es ser un lugar donde la esperanza de ser feliz pueda ser colmada. Y nadie está excluido de esta esperanza porque todos se han unido en la creencia de que el propósito del mundo es uno que todos tienen que compartir, si es que dicha esperanza ha de ser algo más que un simple sueño.
3. Aún no se recuerda el Cielo totalmente, pues el propósito del perdón todavía necesita alcanzarse. Sin embargo, todo el mundo está seguro de que irá más allá del perdón y de que sólo seguirá aquí hasta que éste se perfeccione en él. Ese es su único deseo. Todo temor ha desaparecido porque él está unido a sí mismo en su propósito. Su esperanza de felicidad es tan segura y constante que apenas puede seguir esperando aquí por más tiempo con sus pies aún tocando la tierra. Aun así, se siente feliz de poder esperar hasta que todas las manos se hayan unido y todos los corazones estén listos para elevarse e ir con él. Pues así es como se prepara para dar el paso con el que se transciende el perdón.
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Hace 13 años