Una de las cosas que más me ha costado al momento de llevar a la practica el curso de Milagros, es no intervenir en algunas situaciones que se me han presentado.
Y bueno, es algo natural cuando generalmente lo que se espera de una persona adulta es que tome decisiones y "forje de esa forma su destino" el mundo esta diseñado para que uno mismo decida que es lo que mas le conviene, y en base a lo que decida le vaya o bien o mal (dualidad en su mas puro estado).
El curso enseña que en lugar de tomar decisiones por cuenta propia, lo mejor es consultar con el espiritu santo (guía interno, yo superior, Dios, Universo, angel) y pedirle una guía, por cierto una guía mucho más segura que la que uno pueda obtener por cuenta propia.
Hace unas semanas viví una situación en la que quise intervenir de alguna forma. Me parecía una situación injusta, sentí que había perdido una oportunidad y que además había sido excluida sin saber porque.
Pero no hice nada, sigo sin hacer nada, y ahora ya que han pasado algunos días me doy cuenta de que tal vez si hubiera insistido, o hubiera hecho algo para "defender" o "mantener" mis intereses, no hubiera servido de nada.
El ego siempre dice pero ¿por qué? y el espiritu santo nos ayuda a transformar esa pregunta en un ¿para qué? y si me pregunto el ¿para qué? encuentro muchas respuestas. ¿para qué viví esta situación?
Para aprender la paciencia.
Para aceptar los tiempos de los demás sin juzgar.
Para encontrar algo mejor.
Para perdonar.
Para no dejar el curso.
Para confiar.
Para no idealizar a las personas.
Las respuestas realmente son constructivas, y me han ayudado a reflexionar sobre lo que tengo que recordar, lo que realmente es importante vivir. Esa me parece que es una libertad que no es fácil de dejar ir.
"El Espíritu Santo te conduce firmemente por la senda de la libertad, enseñándote cómo descartar o mirar más allá de todo lo que te impediría seguir adelante." T.8.II.4.4